La parlamentaria de O’Higgins aseguró que la medida también demuestra una desconexión
con las nuevas formas de negocios.
La reciente medida del Servicio de Impuestos Internos (SII), que obliga a los contribuyentes
a cambiar sus domicilios tributarios a direcciones físicas, ha generado una fuerte reacción
entre los emprendedores y pequeños empresarios.
La medida, comunicada a través de un correo electrónico del organismo, ha sido criticada
como un obstáculo para la formalización y el crecimiento de las pymes.
Al respecto, la diputada Natalia Romero (Ind.UDI) comentó que «esta medida refleja una
desconexión alarmante con la realidad del emprendedor moderno. En un contexto donde la
digitalización y la flexibilidad son claves para la competitividad, esta medida no solo impone
una barrera innecesaria, sino que también amenaza con estrangular a miles de pequeñas
empresas que, debido a restricciones financieras, dependen de oficinas virtuales para
operar».
«Esta decisión parece ignorar la diversidad de modelos de negocio actuales y castiga a
quienes, con esfuerzo y creatividad, han encontrado en las plataformas tecnológicas un
medio viable para desarrollar sus actividades económicas», agregó.
Además, la legisladora señaló que «el SII, en lugar de fomentar la formalización y apoyar a
los emprendedores, está enviando un mensaje contradictorio y perjudicial. Esta medida
genera incertidumbre y desincentiva el crecimiento, afectando no solo a las empresas
directamente involucradas, sino también al empleo y a la inversión en general».
Finalmente, Romero enfatizó en que «es urgente que el SII reconsidere esta postura y
busque alternativas que, sin dejar de cumplir con sus funciones de fiscalización, permitan un
entorno más favorable y equitativo para todos los actores económicos del país», concluyó.